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La Hna. Martha Rojo toma la Santa Comunión en la Misa.

Respira profundo. Sabemos que tal vez tienes todo tipo de sentimientos en estos momentos. ¿Te estará llamando Dios a ser hermana religiosa? La pregunta puede suscitar muchos sentimientos: temor, emoción, alegría, terror, bochorno, negativa, euforia, confusión.

Todas pasamos por eso. Hemos sentido esa mezcla de sentimientos a veces conflictivos. Y queremos asegurarte que todo estará bien. Dios está llamando a cada una de nosotras a descubrir lo que nos hace sentir más vivas. Dios quiere que encontremos una vida de satisfacción y plenitud. Una vida de alegría.

Sería un honor para nosotras caminar contigo en este camino de descubrimiento en tu esfuerzo por descubrir si la vida como hermana religiosa católica sería para ti una opción que te de vida. Respira profundo. Confía en que el Dios de la Providencia te guiará a lo que sea mejor para ti.

Comunícate con la Hna. Editha Ben en eben@spsmw.org o 812-230-4771 si deseas recibir apoyo personal y recursos. Que Dios te bendiga en tu camino.

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La Hna. Tracey Horan

Oración para pedir la guía del Señor

escrita por la Hna. Tracey Horan

Amado mío, Tú que me acompañas en el camino,
Haz que tu presencia que es mi guía
santifique cada paso que doy.

En los momentos en que me preocupo al pensar que mis dones tal vez no sean suficientes,
recuérdame que
hay diversidad de carismas,
pero el Espíritu es el mismo,
hay diversidad de servicios,
pero el Señor es el mismo.

En los momentos en que el camino a recorrer,
o hasta el siguiente paso,
parece poco claro,
asegúrame que Tú sabes lo que está por venir;
que Tú visualizas para mí
planes de prosperidad y no de desagracia, 
un porvenir lleno de esperanza.

Cuando el temor a lo desconocido
me impide actuar
con amor y libertad,
susúrrame al oído una vez más que
trazarás un camino en el desierto,
nivelarás las montañas.

En mi impaciencia por saber lo que vendrá enseguida,
recuérdame que de verdad
todo tiene su momento, 
que este momento, también, es un momento muy aceptable.

En mi esfuerzo por aceptar la llamada que surge dentro de mí,
ayúdame a conocer a fondo tu Presencia Perdurable
que vino para que yo tuviera vida  
y la tuviera en abundancia.

Cuando me agobia la angustia
que causa la novedad y el cambio,
toca mi corazón con las palabras,
fíjense en las aves del cielo;

ni siembran ni cosechan, y sin embargo el Padre celestial las alimenta.

Fuente de todo lo que soy,
al entrar yo en la plenitud que me llama,
repíteme una vez más
la anchura y longitud
la altura y la profundidad
de tu Amor,
Un amor que supera todo entendimiento;
un Amor que puede lograr mucho más  
que todo lo que yo pido o imagino.

Amén.